Memorias de viaje: Patagonia y Tierra del Fuego de año nuevo 2015
La Patagonia y Tierra del Fuego representa desde siempre el destino más codiciado por los moto-apasionados. Las condiciones climáticas impredecibles, las rutas en medio de paisajes inmensos y el fuerte viento de la estepa argentina son algunas de las razones que motivan a cada moto-viajero para aventurarse en esta odisea de 3.900 km. Es desde el 2009 que nos dedicamos a guiar nuestros grupos hacia el Fin del Mundo a través de las curvas de Los Andes, la Ruta 40, la Carretera Austral, el glaciar Perito Moreno y la octava maravilla del mundo Torres del Paine.
Año Nuevo es sin dudas nuestra fecha más exclusiva. Las rutas se liberan de la afluencia turística, las temperaturas son ideales y celebrar el inicio de un nuevo año frente al fiordo de la Carretera Austral le da a esta aventura un significado aún más importante, indeleble en el tiempo.
Los tres intrépidos motociclistas que se someterán a estos km de pura adrenalina son Paul de Gran Bretaña, Warren de Canadá y Alberto de la Italia, a bordo de una F800GS Adventure y dos R1200GS LC respectivamente. Quien se encargará de guiar al grupo durante estos 16 días en el descubrimiento de las bellezas australes de la América latina es Gionata, fundador de la Ride True ADV a bordo de una R1200GS LC.
Las tres GS dejan la ciudad de Osorno cruzando los campos y prados a los pies del volcán Puyehue. El sol resplandece a los 1.300 msnm de nuestro primer paso andino, sin embargo, una vez en la frontera con Argentina, las autoridades aduaneras parecen tener problemas con los documentos de ingreso de uno de nuestros participantes. Ride True ADV resuelve el inconveniente obteniendo el certificado que faltaba en la primera oficina que encuentra cruzando la frontera y Gionata vuelve a la aduana con el documento requerido. Se abre paso frente a nosotros una vasta superficie cubierta de cenizas volcánicas que cubre las cimas montañosas y que da la sensación de encontrarse sobre la luna, pero un cartel a la vista que dice “Bienvenidos en Argentina” nos reporta a la realidad. Nuestra llegada a Bariloche es inminente y una primera cena a base de trucha y salmón nos espera, acompañada de vinos argentinos.
El día siguiente el grupo se adentra a través del circuito Llao Llao y descubre con gran maravilla la vista paradisiaca de este ángulo escondido. Luego de un agradecido descanso y café, el grupo continúa en dirección Trevelín a lo largo del Parque Nacional Los Alerces que nos acoge con senderos de ripio, lagos y boques. El pueblo de Trevelín nos da el marco perfecto para una cena a base de ravioles con champiñones mientras las copas de vino se alzan a la salud de los km recorridos.
La Carretera Austral es sin dudas una de las rutas más apreciadas e icónicas del mundo gracias a las cascadas, bosques, ríos y puentes colgantes entre los que pasa el emblemático ripio de la Ruta 7. El micro clima del fiordo de Puyuhuapi y la influencia del mar hacen de este mágico lugar un centro para pescadores de óptimo salmón y merluza. Todo esto es motivo por el que celebramos nuestros progresos hacia la conquista de la Carretera Austral visitando el puerto y degustando una increíble cena a base de pescado fresco y vino blanco frente al mar.
Los últimos km de ripio nos mantienen ocupados mientras recorremos las curvas del fiordo, luego de lo cual reaparece el asfalto y la velocidad. Directos a Coyhaique admiramos los hermosos campos de flores multicolores, los rodeos y la realidad rural de Villa Mañihuales. Inmersos en el perfume de las flores paramos para admirar la famosa Cascada de la Virgen y llegamos a Coyhaique ansiosos de celebrar la noche de Año Nuevo. Para la ocasión, Ride True ADV organiza un aperitivo de bienvenida, una cena gourmet y el brindis de medianoche bajo las estrellas del cielo austral.
Para el primer día de descanso Ride True ADV ha preparado una excursión a caballo entre las laderas del valle y los senderos del bosque, experiencia inolvidable sobre todo para Warren que pierde su pasaporte durante el paseo; lo encuentra gracias al guía que los acompaña en esta excursión.
Dejamos Coyhaique corriendo a través de los 120 km de asfalto que tocan Balmaceda y Villa Cerro Castillo y admiramos los valles de estas zonas paradisiacas bajando la serie de curvas que se proyectan en la inmensidad de la Patagonia chilena. Una vez de regreso al ripio las ruedas posteriores de nuestras GS levantan una gran nube de polvo que le da a esta etapa un aire de Dakar en medio de las bellezas australes de la Ruta 7. El sol resplandece a lo alto y el ánimo del grupo es excelente mientras bajamos estos km alternando con un poco de fotos y pausas para el café frente a una vista maravillosa. El color turquesa del Lago General Carrera y la rica vegetación de esta región se atenúa a medida que nos acercamos a Chile Chico.
Una vez en Argentina el perfil estéril y árido de la estepa patagónica pierde sus relieves montañosos y se caracteriza por las ráfagas de viento que pueden alcanzar hasta los 120 km/hr. Los guanacos se atraviesan en nuestro camino repentinamente, pero Gionata los mantiene lejos tocando la bocina y advierte al grupo con las luces intermitentes. Al fin estamos recorriendo la icónica Ruta 40.
El ripio de los últimos 20 km de la etapa que nos lleva a Gregores es un claro ejemplo de qué cosa nos espera el día siguiente. Entre la inmensidad de la estepa patagónica se esconde la maravillosa estancia que nos acoge por la noche. Al grupo lo conquista inmediatamente el carácter auténtico y remoto de esta realidad Tehuelche y la familia que habita las 5.000 hectáreas de terreno durante generaciones. Nos reciben con una extraordinaria cena a base de cordero al palo, ensalada de remolacha y jamón de guanaco. Desde la ventana del quincho se pueden ver las vacas, ovejas, patos y caballos que pastorean mientras las pieles de puma se secan al viento.
Como estaba previsto, el ripio de la Ruta 40 presenta zonas de grava a veces profunda y una serie de carriles compactos donde las motos logran seguir adelante con la debida precaución. Las fuertes ráfagas de viento típicas de la estepa argentina sacan de trayectoria las GS haciéndolas oscilar. Por este motivo, Gionata determina la velocidad del grupo a 70 km/hr, paso que mantienen durante los 180 km de ripio previstos. Los tres moto-viajeros superan la prueba sin problemas llegando a La Leona para el almuerzo, antes de llegar a El Calafate. Entre las paredes de este antiguo local es posible revivir la historia de Butch Cassidy, Sundance Kid y Ethel Place, quienes se alojaron aquí después de varios asaltos por los que eran buscados como criminales internacionales. El terreno en óptimas condiciones nos conduce hasta El Calafate, centro turístico famoso por la movida nocturna y donde nos quedamos durante dos noches.
Es aquí donde pasamos nuestro segundo día de descanso y desde el hotel con vista al lago llegamos en moto al Parque Nacional Los Glaciares donde nos dedicamos a visitar el Glaciar Perito Moreno. La magia de este lugar es motivo de gran estupor para el grupo que admira en silencio esta catedral de hielo. Caminando por la pasarela somos testigos del desprendimiento de enormes pedazos de hielo milenario que se rompen contra el lago. A bordo del transbordador que navega el Lago Argentino, apreciamos el glaciar desde otra perspectiva, muy cerca de la pared que en su punto más alto llega a los 65 metros.
Pasamos de una maravilla geológica a otra, despidiéndonos de El Calafate y regresando en Chile para adentrarnos en el parque nacional recientemente nombrado como octava maravilla del mundo: Torres del Paine. El grupo, extasiado de la belleza de los prados y de las dos torres imponentes que se alzan majestuosas, recorre en moto cada lugar descubriendo lagos color turquesa y cascadas que caen a través de las rocas milenarias vaporizando en el aire una brisa fresquísima.
La hermosa ruta de ripio del parque nacional nos regala 140 km de aventura, terminando a pocos minutos de la terraza del hotel en el que alojaremos. Aquí el grupo disfruta de una cerveza fresca frente a las brasas de la chimenea y degusta una cena a base de platos locales. Se siente en el aire la emoción por los más de 2.000 km recorridos hasta ahora.
En Puerto Natales llenamos los estanques, el viento frío es ya una constante en esta región y afrontamos las fuertes ráfagas siguiendo por más de 300 km sobre el asfalto perfecto y directo que costea el Estrecho de Magallanes. Luego de una parada de descanso muy interesante en San Gregorio con sus casas una vez habitadas por la que era una comunidad muy activa, exploramos los restos del Amadeo, embarcación encallada en la playa desde 1932 y declarada como monumento nacional 40 años después. Una vez llegados al puerto a la espera del transbordador que nos lleva hacia Tierra del Fuego, nos sorprende un imprevisto que frena nuestra marcha: a causa del fuerte viento, el servicio de transporte se encuentra suspendido hasta nuevo aviso.
El grupo espera durante varias horas el anuncio de la autoridad portuaria que, a las 21, confirma el primer viaje de prueba. Impresionados por el batir de las olas y el viento que mueve la embarcación durante el cruce, llegamos a Tierra del Fuego y al hotel 35 km después. Nos concedemos una cena rápida y un merecido descanso para prepararnos para el día siguiente, en el que llegamos a la meta final: Ushuaia!
Cerro Sombrero dista 450 km de Ushuaia, de los cuales 120 son de ripio. A la hora de almuerzo ya estamos en Argentina y hemos recorrido la mitad de la distancia prevista. El viento no logra penetrar las cadenas montañosas en este punto, el más al sur del mundo. Garibaldi y Fagnano nos ofrecen el panorama perfecto para las fotos de grupo hasta que en pocos km avistamos la ciudad de Ushuaia y leemos el letrero de bienvenida escrito sobre el tótem de madera que abre las puertas de la ciudad. Para llevar a término los 3.500 km que nos propusimos 13 días atrás, cruzamos la ciudad portuaria continuando rumbo al parque nacional Lapataia. En este lugar, inmerso en la densidad del bosque, se esconde el letrero que anuncia la llegada al Fin del Mundo. El grupo está dichoso! Los tres moto-viajeros lo han logrado y celebran esta conquista personal alzando las copas en un restaurante frente al puerto disfrutando de las especialidades locales. Cangrejo real, salmón, merluza y vino blanco enriquecen la noche.
Una vez de regreso en Chile, hacemos una pausa en Río Grande para pasar la noche y llegamos el día siguiente a Punta Arenas que nos recibe con un fuerte viento durante la etapa de ripio. Las motos avanzan a dura pena mientras la gran nube de polvo que levantan las ruedas traseras traza una línea en el aire que desaparece pocos km más tarde.
Por fortuna el cruce del Estrecho de Magallanes no sufre retrasos y llegamos a Punta Arenas en buen horario, entregando las motos antes de tomar nuestras habitaciones en el hotel y celebrar con la cena de despedida ofrecida por Ride True ADV. Sentados a la mesa servida con delicias locales y pisco sour, el grupo disfruta de la increíble aventura vivida y se complace por haber superado innumerables pruebas, ya sea por los caminos de ripio afrontados que por el fuerte viento. Y es en este momento en que la pasión por la moto y el espíritu de aventura une a todos los participantes del grupo.